CÉSAR LLOREDA

No entiendo mi vida sin una cámara.

En realidad el mundo y todo lo que en él habita son mi fuente inspiración, no pongo limites. La cámara es los ojos con los que los veo, pero sólo la autoexigencia y el trabajo diario me hace mejorar para aprender más de mi y de lo que se puede transmitir a través de una imagen, exprimiendo todas las posibilidades que ofrece mi cámara. Desde el realismo total con una calidad de imagen perfecta, a la libertad de expresión personal que ofrece una cámara, sus objetivos y todos los sistemas de iluminación actuales… disfruto pulsando el disparador en cada foto que hago.

Siempre es difícil hablar de uno mismo, pero creo que ese soy yo: un trabajador incansable disfrutando con lo que hace y que intenta plasmar en cada instantánea la esencia de cada cosa y cada momento… Tal y como yo lo veo, esa es la firma de cada fotógrafo.

También pienso que un buen fotógrafo profesional, además de sensibilidad y buen ojo, ha de tener buen oído, saber escuchar las necesidades de otras personas y conseguir la imagen que otro ojo busca.

Sólo de esa manera, teniendo incluso la capacidad de ver con los ojos de otra persona, sentirás la libertad total que te brinda una cámara fotográfica o de video, porque además de ser capaces de plasmar nuestra visión del mundo, aprenderás a detener el tiempo con imágenes totalmente distintas del mismo momento, creando la realidad que tú desees.

Creatividad, humildad, trabajo, pasión y preparación en cada una de mis fotos…así me gusta trabajar y así me gusta vivir.